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El director dice:

¿Qué es Cruzando la ventana? Una comedia dramática. Llena de humor y de escenas vibrantes. Emocionantes, crudas y desgarradoras. También es una experimentación.
Charlando con mí psicólogo acerca de la obra, descubrí el contenido espiritual de la misma. Descubrí que transpasa las fronteras de la historia que se cuenta. Descubrí que es una forma de interpretar la muerte. Una manifestación, muy personal, de mis creencias. Es, también, un relato acerca del miedo, la soledad, los celos, el amor y el desamor. Es una historia acerca de absolutamente todo lo que ignoramos: el mundo.

En la obra han muerto varias cosas. Es decir han cambiado. Voy a comenzar compartiendo algunos de estos cambios que sufrió la pieza.

Por ejemplo, tuvo muchos títulos desde la primera vez que apareció en mí cabeza.
  1. Pantuflas
  2. Através de la ventana
  3. Pantuflas, cruzando la ventana.
  4. Mas allá, cruzando la ventana, pantuflas
  5. Mas allá de la ventana
  6. Los otros
  7. Deus Ex machina
  8. Las explicaciones de la señorita de blanco
  9. La justificación
  10. El mundo cuadrado
  11. El hombre de la cueva
Finalmente la obra se llama CRUZANDO LA VENTANA. Y estoy orgulloso, hoy, del titulo que más odié.

Pasó a comentar algunas intimidades:
  1. La obra duraba 3 horas. Ahora 2.
  2. La obra tenía 6 personajes. Ahora 5
  3. La obra no tenía voz en off. Ahora sí.
  4. La obra tenía muchas malas palabras. Ahora menos.
  5. La obra era muy escatológica. Ahora lo justo y necesario.
  6. La obra no me gustaba. Ahora sí
  7. Los personajes tenían otros nombres. Ahora tienen un por qué.
  8. La puesta era sobre una plataforma giratoria. Ahora no.
  9. La puesta eran muchos elementos escenográficos puestos en el centro. Ahora no.
  10. Antes iba a poner la sinopsis de la obra en el blog. Ahora decidí presentarlo de otra manera.
  11. Antes, mucho antes, la obra no es lo que es hoy.
La puesta en escena ha cambiado decena de veces, como así también la dramaturgia. Han cambiado los actores, y han cambiado los personajes. Y cada decisión costó. Cada giro inesperado me dejó primero inerte. Lo que permitió que la obra evolucionase fue el cambio. Y esa es la pregunta principal de la obra. ¿Cambiar o no? ¿Es mejor abrazar el cambio o permanecer en la comodidad de una estructura contenedora? ¿Qué sucede cuando se rompe una estructura? Bueno, Cruzando la ventana, es una hipótesis que podría responder a esta pregunta. Todos estamos indefensos contra el cambio. No somos capaces de recibirlo con los brazos abiertos y hasta a veces lo combatimos. Pero ¡ciudado! cuando el cambio golpea a la puerta de nuestras casas y se lo ignora, lo más probable es que quiera ingresar por la ventana... ¡Y lo hará!

MATÍAS VITALI.